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El commissioning (o comisionamiento en español) empieza a hacerse hueco desde hace unos años en el mundo de la ingeniería y la construcción, pero ¿tenemos claro de qué se trata y en qué nos puede beneficiar a la hora de poner en marcha un proyecto?
En este artículo te aclaramos algunos puntos.

#1 ¿Qué es el commissioning?

El commissioning es un proceso de calidad que se centra en verificar y documentar que un edificio – y sus instalaciones – han sido planificadas, proyectadas, instaladas, probadas, explotadas y serán mantenidas conforme a los más altos estándares de calidad, la normativa aplicable y las exigencias del cliente. Este puede aplicarse tanto a edificios nuevos como a edificios ya existentes.

#2 ¿En qué fases opera?

Aunque a veces se confunde con una puesta en marcha, el commissioning va más allá, ya que comienza en la fase de prediseño y continúa hasta la fase de explotación.Cualquier aspecto del proyecto influirá posteriormente en el proceso, así que el commissioning empieza desde el minuto cero. De este modo tenemos margen para corregir posibles fallos o anomalías en cualquiera de las siguientes fases: diseño, ejecución, explotación y mantenimiento.

#3  Commissioning y calidad

El commissioning tiene un papel muy importante en el control de calidad de la obra, ya que es el responsable de definir los protocolos de pruebas de todas las instalaciones y de validar los resultados.

Esto se aplica a todos los sistemas del edificio:

    • Equipos mecánicos de calefacción, refrigeración, aire acondicionado y ventilación.
    • Instalación eléctrica y de iluminación.
    • Instalación de fontanería y equipos asociados.
    • Sistemas de aprovechamiento de energía renovable.

También puede aplicarse a la envolvente térmica, los sistemas de seguridad, los sistemas de protección contra incendios, las instalaciones de telecomunicación y de datos.

#4   ¿Qué pasa con los edificios ya existentes?

Cuando hay modificaciones en el edificio, por ejemplo por la sustitución de equipos o el cambio de uso de determinadas zonas, las necesidades cambian. En esos casos se aplica el retrocommissioning, que investiga, analiza y optimiza el funcionamiento de un edificio ya existente, buscando identificar e implementar, actuaciones de bajo coste que aseguren el rendimiento operativo y prolongue la vida útil del edificio.

El retrocommissioning es un proceso esencial para la mejora energética en edificios.

#5   Beneficios del commissioning.

Un proceso bien definido va a influir en la eficiencia de las instalaciones y  conseguirá que las máquinas alcancen su máximo rendimiento, pudiéndose ahorrar hasta un 13% de la energía (datos según AENOR), lo que conlleva una reducción del impacto ambiental de nuestro proyecto. Además, al trabajar estás en sus puntos óptimos su vida útil se alarga y por lo tanto los costes de mantenimiento se abaratan.

Por otro lado, el espacio de trabajo juega un papel fundamental en la productividad del personal. El confort térmico que se relaciona con la temperatura, velocidad del aire y la humedad, se convierte en algo esencial para el buen desempeño de las actividades en una oficina. Al conseguir espacios más confortables, también se consigue que un aumento de la productividad.

Un buen commissioning se materializa en instalaciones y edificios más eficientes, seguros y una mayor vida útil.

#6 ¿Quién se encarga del commissioning?

Las auditorías deben realizarse por agentes independientes que posean el título de commissioning autorizado (en nuestro blog ya te hablamos de la importancia de la verificación externa independiente para evitar conflictos). Ellos son los que comprobarán que se cumplen todos los puntos de confort y rendimiento que marca el cliente.

La tendencia actual en el mercado de la construcción hacia edificios de consumo nulo, unido a la paulatina penetración de estándares de edificación sostenible como LEED® y el BREAM®,  indican que los procesos de commissioning serán cada vez más necesarios en nuestro país. Por otra parte, la legislación de la Unión Europea va claramente encaminada a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y ello pasa por mejorar la eficiencia energética en los edificios, tanto de nueva construcción como los ya existentes.

Por todo ello, estamos convencidos que el agente de commissioning será una figura cada vez más necesaria en nuestro país, donde esta práctica y perfil profesional todavía están poco extendidos.