Skip to main content

Si alguna vez te has preguntado qué hay detrás de eso de “cambiar a renovables”, aquí tienes una guía directa y sin tecnicismos innecesarios. Vamos a repasar qué son, cuáles son los tipos de energías renovables, cómo está el panorama en España, sus ventajas e inconvenientes y, sobre todo, por dónde empezar para que estos sistemas de energías renovables tengan impacto real en tu día a día o en tu empresa.

Spoiler: hablar de fuentes de energía renovable no es solo “ser verde”; es ahorrar, ganar independencia energética y prepararte para el futuro.

 

¿Qué son las energías renovables?

Las energías renovables son las que provienen de recursos naturales que se regeneran de forma continua: sol, viento, agua, calor interno de la Tierra o materia orgánica. No se agotan al usarlas y, bien diseñadas, generan menos impactos que los combustibles fósiles.

Aquí cabe un matiz importante: “renovable” no siempre significa “cero emisiones en todo su ciclo”. Por ejemplo, algunos biocombustibles emiten CO₂ en su uso; aun así, forman parte del conjunto de diferentes energías renovables porque su fuente es biológica y regenerable.

Lo esencial: elegir el tipo de energía renovable más adecuado para tu contexto (clima, espacio, consumo) y gestionarlo con cabeza.

 

¿Cuál es la situación de las energías renovables en España?

España ha vivido fases muy distintas: un impulso inicial, un frenazo con recortes y, en los últimos años, un nuevo despegue gracias a la eliminación de barreras al autoconsumo y a un marco de transición energética más claro.

Hoy el sector crece por costes tecnológicos más bajos, más horas de sol aprovechables, mejor integración de red y un marco que fomenta el autoconsumo (con o sin compensación de excedentes), el almacenamiento y la electrificación.

¿La oportunidad? Seguir escalando la conexión entre generación renovable, gestión de la demanda, movilidad eléctrica y almacenamiento. Eso es lo que convierte a las renovables en palanca de competitividad, no solo en producción aislada.

 

Tipos de energías renovables o energías limpias

Energía solar

La energía solar es, probablemente, el tipo de energía renovable más versátil. Con paneles fotovoltaicos transformas la luz en electricidad para autoconsumo (con o sin baterías) o para inyectarla a red; con captadores térmicos conviertes la radiación en calor para agua caliente y climatización; y con termosolar de concentración generas vapor y puedes almacenar calor para producir electricidad horas después de la puesta de sol. 

En climas como el de España, esta fuente de energía renovable encaja en cubiertas industriales y residenciales, aparcamientos con marquesinas, suelos degradados o híbridos junto a eólica. 

La clave está en un buen diseño (orientación, sombras, cableado y protecciones), una operación cuidada (limpieza, monitorización) y, cuando se busca firmeza, la combinación con almacenamiento o con otros sistemas de energías renovables.

Energía eólica

La eólica convierte el viento en electricidad mediante aerogeneradores. En tierra (onshore) es madura y competitiva; en el mar (offshore), los vientos más estables elevan el factor de capacidad, aunque la obra es más compleja. 

Puede desplegarse a gran escala con parques conectados a red o en minieólica en ubicaciones aisladas, a menudo combinada con fotovoltaica para suavizar la intermitencia. 

Es un tipo de energía renovable con gran impacto en la descarbonización por coste y volumen, siempre que el emplazamiento tenga recurso eólico contrastado, una tramitación ambiental responsable y una conexión a red bien planificada.

Energía hidráulica

La hidráulica aprovecha la energía potencial y cinética del agua en ríos y embalses para generar electricidad. 

Las centrales de embalse permiten programar producción; las de agua fluyente reducen obras y regulaciones; y el bombeo reversible actúa como “gran batería” del sistema, subiendo agua cuando sobra electricidad y devolviéndola en picos de demanda. 

Es una de las fuentes de energía renovable más longevas y fiables, con altísima vida útil, aunque exige un diseño muy cuidadoso para respetar caudales ecológicos, fauna y sedimentos. 

En pequeño tamaño, la microhidráulica puede electrificar zonas rurales con impactos contenidos.

tipos de energias renovables

 

Energía de los mares: mareomotriz y undimotriz

El océano ofrece dos diferentes energías renovables: la mareomotriz, que utiliza el movimiento periódico de las mareas, y la undimotriz, que captura la fuerza del oleaje. 

La primera es muy predecible y permite planificar producción con antelación; la segunda aprovecha un recurso abundante en ciertas costas atlánticas. 

Aunque aún están en fase de despliegue comercial, ganan terreno en ubicaciones con buena infraestructura portuaria y sinergias con desalación o producción de hidrógeno verde. 

Su reto está en la durabilidad de equipos en ambiente marino, la logística de mantenimiento y la convivencia con pesca y navegación.

Energía azul u osmótica

La energía azul u osmótica extrae electricidad de la diferencia de salinidad entre agua dulce y salada en estuarios. Mediante membranas y procesos como la ósmosis retardada por presión se genera un gradiente aprovechable de forma continua. 

Es una fuente de energía renovable con impacto local bajo si se diseña bien y con gran potencial en zonas estuarinas, aunque todavía requiere mejorar eficiencia de membranas, gestionar el ensuciamiento y escalar proyectos comerciales. 

Puede integrarse con plantas de tratamiento o desalación, aportando energía estable a la costa.

Energía geotérmica

La geotermia utiliza el calor del subsuelo. En baja entalpía, bombas de calor geotérmicas climatizan edificios con gran eficiencia y confort durante todo el año; en alta entalpía, allí donde el recurso geológico lo permite, genera electricidad con vapor o agua caliente profunda. 

Su gran baza es la estabilidad: no depende del clima diario y funciona 24/7, por lo que complementa bien a otros tipos de energías renovables variables. 

Requiere inversión inicial en perforaciones y un buen estudio hidrogeológico, pero ofrece costes operativos bajos y una integración arquitectónica discreta.

Biomasa, biogás y biocarburantes

Bajo el paraguas “biomasa” aprovechamos materia orgánica (residuos agrícolas, forestales, lodos, fracción orgánica municipal) para generar calor, electricidad o combustibles. 

La combustión de biomasa sólida alimenta calderas y cogeneraciones; la digestión anaerobia produce biogás que puede usarse en motores o refinarse a biometano; y los biocarburantes (biodiésel, bioetanol) sustituyen parcialmente a los fósiles en movilidad y procesos. 

Son sistemas de energías renovables especialmente útiles donde hay residuo disponible y demanda térmica relevante. Conviene cuidar la trazabilidad sostenible del recurso, el control de emisiones en calderas y la logística de acopio.

 

Otros artículos que pueden interesarte:

 

Características de las fuentes de energías renovables

  • Inagotables a escala humana: el recurso se regenera.
  • Autóctonas: reducen la dependencia energética exterior.
  • Menor impacto que los fósiles si se diseñan bien (sin residuos peligrosos y con emisiones reducidas a lo largo del ciclo).
  • Modulares y escalables: desde tejados hasta grandes plantas.
  • Digitalizables: se benefician de monitorización, analítica y control para exprimir rendimiento.
  • Variables (en solar/eólica): necesitan apoyo de almacenamiento y gestión de la demanda para entregar firmeza al sistema.

 

Ejemplos de energías renovables más usadas hoy día

  • Solar fotovoltaica en tejados industriales, comercios y hogares con compensación de excedentes y baterías.
  • Eólica terrestre en grandes parques que abastecen a la red y firman PPAs con empresas.
  • Hidráulica y bombeo reversible como soporte de red y almacenamiento a gran escala.
  • Biomasa/biogás en industrias agroalimentarias y depuradoras para valorizar residuos y generar calor/electricidad in situ.
  • Geotermia de baja entalpía en edificios que buscan alta eficiencia y estabilidad térmica todo el año.

 

Ventajas de aplicar estos tipos de energías renovables

  • Reducción de emisiones y mejora de la calidad del aire.
  • Ahorro económico a medio plazo: menos gasto energético y protección frente a la volatilidad de precios.
  • Independencia energética: más producción local, menos vulnerabilidad geopolítica.
  • Empleo y tecnología: cadenas de suministro locales, innovación y nuevas competencias profesionales.
  • Compatibilidad con ODS: especialmente con el ODS 7 (energía asequible y no contaminante) y el 13 (acción climática).
  • Competitividad empresarial: las compañías que integran diferentes energías renovables mejoran su desempeño ESG y su posición en licitaciones y mercados.

Inconvenientes

  • Inversión inicial: requiere CAPEX y planificación financiera (aunque los plazos de retorno se han acortado).
  • Intermitencia (solar/eólica): necesitas almacenamiento, flexibilidad y gestión de carga para estabilidad.
  • Tramitación y espacio: permisos, integración paisajística y conexión a red pueden alargar tiempos.
  • Curva de aprendizaje: implantar sistemas de energías renovables exige cambios en operación y mantenimiento.

 

Diferencias entre los tipos de energía renovables y no renovables

  • Renovables: recursos naturales que se regeneran; menores emisiones; autóctonos; pueden ser variables (requieren gestión y almacenamiento); escalables.
  • No renovables (fósiles y nuclear): alta densidad energética y producción controlable; reservas finitas o condicionadas; emisiones o residuos de gestión compleja; dependencia exterior; exposición a precios volátiles.

Combinar tipos de energías renovables con eficiencia, almacenamiento y redes inteligentes permite un sistema más limpio y competitivo.

 

Emin Energy: Consultores de eficiencia energética

En Emin Energy te ayudamos a pasar de la teoría a los resultados. Analizamos tus consumos, el recurso disponible y tu operación para diseñar la mezcla óptima de tipo de energía renovable (solar, eólica local, biomasa/biogás, geotermia), junto con medidas de eficiencia y almacenamiento.

¿Qué hacemos, paso a paso?

  • Diagnóstico y hoja de ruta: potencial de autoconsumo, integración con procesos térmicos, sistemas de energías renovables complementarios y estimación de ahorros/retornos.
  • Diseño e implantación: proyectos “llave en mano” con monitorización y control para sacar el máximo rendimiento desde el primer día.
  • Medida y Verificación (M&V): demostramos el ahorro real y ajustamos la operación para mantenerlo en el tiempo.
  • Compliance y ayudas: te guiamos en permisos, registros y convocatorias de financiación para acelerar tu proyecto.

Si quieres escoger entre diferentes energías renovables con criterio y que la inversión te rinda, hablamos. Nuestro trabajo es que la transición te salga a cuenta —en dinero, en emisiones y en tranquilidad.