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La Medida y Verificación de ahorros es una metodología relativamente reciente en España, donde se desarrolla bajo los preceptos del protocolo internacional IPMVP de EVO en la práctica totalidad de contratos de servicios energéticos.

Los primeros profesionales con certificado CMVP aparecen en nuestro país entre los años 2008-2009, pero realmente es a partir de los años 2012 a 2015 cuando aparece un “boom” de contratos de servicios energéticos, especialmente en el ámbito de la contratación pública.

La metodología descrita en el IPMVP es por sí misma consistente y suficientemente robusta como para garantizar que se conocerán los ahorros derivados de un contrato de servicios energéticos de una forma aceptablemente fiable (siempre existirá un cierto margen de incertidumbre).

No obstante, existen diversos factores que pueden provocar que, en ocasiones, lo que debería ser una simple verificación de los ahorros derive en un mar de caos, desconfianza y crispación. Esto provoca que el proceso de medida y verificación pueda terminar donde menos le apetece a nadie, en los tribunales.

¿Por qué aparecen estos conflictos y cómo evitarlos?

Evidentemente, la casuística que nos puede llevar a la aparición de un conflicto en Medida y Verificación de ahorros es compleja y siempre es un riesgo simplificar. No obstante, desde nuestra experiencia en el campo de la Medida y Verificación si que hemos podido detectar 3 factores clave que suelen aparecer siempre que se llega a la situación de conflicto:

  1. Dotación económica insuficiente para el proceso de Medida y Verificación en relación con los ahorros a verificar y el objetivo del contrato.
  2. No prever una verificación externa independiente, dejando la responsabilidad de la Medida y Verificación a la misma empresa que debe generar los ahorros.
  3. Desequilibrio en el nivel de conocimiento del IPMVP entre las partes intervinientes en el contrato.

Dotación económica

Respecto de la dotación económica insuficiente, el protocolo IPMVP recomienda un gasto máximo en Medida y Verificación equivalente al 10% del importe de los ahorros económicos que se pretende verificar. El gasto más habitual en MyV es el comprendido entre el 3 y el 5% del ahorro económico previsto.

Por desgracia, en muchas ocasiones este nivel de gasto está muy lejos de alcanzarse. Esto es especialmente grave en el caso de contratos de servicios energéticos de tipo EPC (Energy Performance Contract o Contrato de Rendimiento Energético). En estos contratos la Empresa de Servicios Energéticos (ESE, en adelante) fija sus honorarios en base al nivel de ahorro alcanzado. Por tanto, en este tipo de contratos la Medida y Verificación (MyV) juega un papel clave y ambas partes les interesa un proceso de MyV fiable y lo más preciso posible. Nadie quiere cobrar menos de lo que le corresponde (la ESE), ni pagar más de lo que debe (la PROPIEDAD), y eso sólo se conseguirá con una MyV precisa.

Sin embargo, en ocasiones el enfoque es bien distinto y en este tipo de contratos se opta por gastar lo menos posible, lo cual va a generar (muy probablemente) un proceso de MyV poco fiable, del que se acabará desconfiando y, por tanto, ya tenemos el disgusto servido.

Así pues, a la hora de decidir la dotación económica para el proceso de MyV hay que considerar debidamente los siguientes aspectos mínimos:

  • Nivel de ahorro económico que se prevé alcanzar
  • Características del contrato: cómo se van a repartir los ahorros (si se reparten)?
  • Cómo puede afectar la falta de precisión del proceso de MyV en la posterior realización de cobros y pagos

Verificación externa independiente

El no prever una verificación externa independiente es otro de los factores que pueden desembocar en un alto grado de desconfianza en la verificación de ahorros. En la mayoría de contratos de servicios energéticos (especialmente en el sector de la contratación pública) se deriva la responsablidad de la Medida y Verificación de ahorros a la misma empresa encargada de obtenerlos (la ESE). Esto puede generar dudas “razonables” en LA PROPIEDAD respecto de si la ESE no estará manipulando los datos para obtener unos ciertos niveles de ahorro.

Disponer de un verificador externo independiente que revise el Plan de MyV (de forma previa a su puesta en marcha), así como los informes de ahorro, y nos indique si es correcto o no y qué mejoras se pueden incorporar es una manera sencilla de eliminar esta problemática.

Grado de conocimiento del IPMVP

Otro de los factores que suele influir negativamente en un proceso de MyV es el que exista un claro desequilibrio en el nivel de conocimiento del IPMVP y la MyV entre las partes que intervienen en el contrato (normalmente LA PROPIEDAD tiene un nivel bajo de conocimiento y la ESE un elevado conocimiento).

Este desequilibrio puede tener diversas consecuencias, todas las cuales van a afectar negativamente al proceso de MyV:

  • Publicación de pliegos de condiciones deficientes con exigencias incoherentes, datos no utilizables, etc., y que además se exija su cumplimiento
  • Aceptación de Planes MyV deficientes o con enfoques de verificación (opciones del IPMVP) poco adecuadas para los objetivos del contrato o intereses de la PROPIEDAD
  • Existencia de descontrol y falta de definición respecto de los factores estáticos que influyen en el consumo de energía

Existen dos formas sencillas de evitar este desequilibrio de conocimiento entre las partes:

  • Dotar de formación adecuada a los técnicos responsables del contrato
  • Contar con un buen asesoramiento externo

¿Cómo resolver estos conflictos?

Si no se han podido evitar las causas que generen el conflicto y estamos ya en una situación en la que nadie se pone de acuerdo con el nivel de ahorros alcanzado, a riesgo de terminar ante los tribunales, sólo nos queda una vía de solución.

Esta solución pasa por acudir a profesionales con amplia experiencia en el campo de la Medida y Verificación y de reconocido prestigio para que desarrollen una pericial del proceso de MyV.

A través de la pericial el técnico encargado redactará un informe pericial de evaluación de las actuaciones llevadas a cabo en el marco del proceso de MyV, identificando y evaluando cualquier desviación respecto a los principios recogidos en el IPMVP y las buenas prácticas del sector.

Este informe es posteriormente defendido en sala, para lo cual es importante que el perito disponga de un elevado grado de conocimiento de la materia, capacidad de sintesis y enfoque pedagógico en sus explicaciones (la MyV es una materia poco o nada conocida por la magistratura).

CONCLUSIÓN

La mejor opción siempre es planificar correctamente. Para ello será necesario disponer de una dotación económica adecuada para el proceso de MyV, disponer del conocimiento necesario (o buscarlo externamente si no se tiene) y contar con un proceso de verificación externa. Esta verificación externa podrá ser más o menos intensiva en función de las características del contrato de servicios energéticos.

En caso de que se nos haya pasado algún punto de los anteriores y, por desgracia, ya tengamos un problema sobre la mesa, lo mejor será acudir a profesionales con amplia experiencia y reconocido prestigio para que nos asesoren y auditen los procesos de MyV para poder defender nuestros intereses.